Que 87 años después de haber sufrido un terrible bombardeo por parte de la Lufwaffe nazi y la Aviazione Legionaria fascista italiana con la aquiescencia del bando franquista alzado –un ataque aéreo que convirtió en escombros el 85% de los edificios de la localidad– Gernika-Lumo ha logrado ponerse en pie siendo todo un referente en el plano internacional en favor de la paz y la reconciliación es un hecho incontestable. Y, ayer mismo, en el transcurso de los actos en conmemoración a las víctimas de aquel trágico 26 de abril de 1937 se volvió a poner de manifiesto que la villa vizcaina es todo un símbolo. De hecho, la jornada –en la que, entre otros, tomaron parte el lehendakari Iñigo Urkullu o el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres– sirvió para consolidar la figura de Gernika como emblema mundial en contra de todas las guerras.

Varios hechos de ayer hicieron que esta localidad siga siendo referencial para el futuro de la memoria. Por un lado, Iñigo Urkullu, en la que será su última cita como lehendakari en la localidad foral, anunció que el Gobierno vasco ha llegado a un acuerdo con la Iglesia de Bizkaia para hacerse con el convento de las monjas Clarisas –adyacente a la Casa de Juntas– para reconvertirlo en “espacio vinculado a la memoria”. Más en concreto, el Ejecutivo de Lakua ha adquirido el edificio, la iglesia y el terreno de la congregación religiosa por un importe de 3,6 millones de euros para “proteger este lugar tan importante de nuestra historia”, según destacó el lehendakari, que avanzó que sus objetivos pasan por “dar un nuevo impulso al museo de la Paz ubicado en Gernika. “Pensamos que este convento puede ser el mejor lugar para ello”, afirmó.

Además, Urkullu quiso poner en valor “la oportunidad que nos brinda el hecho de que toda Gernika haya sido declarada zona de memoria”, una declaración del Gobierno español ha formalizado recientemente a través de su ministerio de Memoria Democrática. “Esto nos abre la puerta a formar una red junto a otras ciudades que han sido también víctimas de bombardeos indiscriminados en todo el mundo”, ahondó un lehendakari que también estuvo presente en la ofrenda floral a las víctimas llevada a cabo en el cementerio gernikarra de Zallo, en el que coincidió con el ministro de esa área, Ángel Víctor Torres, quien afirmó que el bombardeo de Gernika “no solo fue silenciado” por el franquismo, sino que transformado “en un bulo colosal” y estimó como necesaria la restitución de la “verdad”.

Por segunda vez

“Lo que ocurrió merece el reconocimiento de todos los demócratas y, por tanto, la restitución de esa verdad, que es lo que dice también la Ley de Memoria Democrática. Estamos ante un acto de democracia, de libertad, de reposición, de restitución de la verdad y de apoyo a las víctimas”, insistió el responsable de un Ejecutivo español que acude por segunda ocasión a la villa en relación con el bombardeo tras estrenarse el pasado año.