El anuncio de Pedro Sánchez de que se alejaba del foco público para decidir si continúa o no en el cargo, realizado 24 horas antes del inicio de la campaña electoral en Catalunya, no solo ha afectado a su ausencia en los primeros actos del PSC. Para pesar del resto de formaciones que concurren a la cita con las urnas del 12 de mayo, el electroshock que ha sacudido el sistema nervioso de la política estatal amenaza con permear en estos comicios, que a la espera de cómo evolucionen los acontecimientos, podrían convertirse en un plebiscito sobre la figura de Sánchez.

El propio candidato del PSC, Salvador Illa, que se erige en virtual ganador a tenor del vaticinio de las encuestas, aprovechó el arranque de la contienda electoral para llamar a la “resistencia colectiva” contra “la destrucción del adversario” y en apoyo al presidente del Gobierno español. “Estamos contigo. El PSC está contigo”, aseveró.

En cambio, los demás partidos empiezan a verle las orejas al lobo, y así la candidata de Comuns Sumar a la presidencia de la Generalitat, Jéssica Albiach, advirtió ayer de que las elecciones “no son un plebiscito sobre Carles Puigdemont ni sobre Pedro Sánchez”, sino que está en juego “qué modelo de país” se desea para Catalunya. El 12-M se dirime elegir “entre un modelo de pasado y otro de futuro”, apostilló.

El aspirante de JxCat a jefe del Govern, Carles Puigdemont, lanzó el mismo jueves por la noche una andanada a Pedro Sánchez al asegurar que “conocemos mejor que ellos la justicia española, la prensa patriótica, no nos lo tiene que explicar nadie. Como la conocemos, salimos llorados de casa”.

Ayer no aflojó la presión y durante el acto de presentación de su programa electoral, advirtió al Gobierno de que, en caso de que él sea de nuevo president de la Generalitat, “o recogemos el 100% de los impuestos que se recaudan en Catalunya, o no daremos apoyo a ningún Gobierno”. Los siete diputados de Junts son un respaldo crucial para Sánchez. En este sentido, Puigdemont aboga por “negociar de tú a tú” con Moncloa, e insta sin paños calientes a “exprimir al máximo la situación que tenemos de poder condicionar la política española”. “O lo hacemos ahora o no lo hará nadie”, asegura.