El tan ansiado duelo ha llegado. En el escenario donde Marc Márquez sufrió en 2020 la caída que pudo alejarle de la competición de manera definitiva al sufrir una rotura de húmero que requirió de cuatro operaciones que le llevaron a sopesar colgar el mono, el octocampeón regresó al pasado para recuperar su mejor nivel y pugnar por la victoria en un apasionante cara a cara con Francesco Bagnaia que se adjudicó con bravura el italiano. Una situación propiciada por Jorge Martín, que perdió la verticalidad hasta detenerse en la grava cuando rodaba en el liderato.

El Gran Premio de España dio la oportunidad de reivindicarse a dos grandes campeones que el sábado rodaron por el asfalto pero que el domingo añadieron picante a un campeonato que promete grandes emociones. Desde bien temprano Márquez y Bagnaia acapararon protagonismo. El de Cervera se disparó protegiendo su condición de poleman, pero el de Turín se alzó en cabeza cuando apenas se había cumplido una vuelta. Eran dos tipos sedientos de gloria. Necesitados de sacudirse cualquier crítica y alimentar esa confianza necesaria para pelear por un título. Ansiaban consolidar esas expectativas que el mundo deposita en ellos.

Pero Jorge Martín también demandaba su cuota. Un error de Pecco Bagnaia permitió al de San Sebastián de los Reyes situarse en cabeza para imponer un ritmo endiablado que solo pudo soportar Bagnaia. Márquez y Marco Bezzecchi rodaban a remolque, apretando los dientes para no ceder el segundo de desventaja que podía marcar la diferencia entre estar y no estar presentes en el debate por la victoria.

En la vuelta 11, Martín cometió ese tipo de errores que son fruto de una ambición desmesurada. Se le cerró el tren delantero y el neumático patinó sin remedio para sacudirse contra el asfalto. A veces es oportuno renunciar a un fragmento de gloria. No fue su caso. El margen de 42 puntos que poseía en el Mundial sobre Bagnaia se reduciría a 27, que ya no suenan tan abundantes. La campaña es larga, pero ahora la sobredosis de motivación viaja con el italiano. También en la maleta de Márquez, que cedía 52 puntos y aparece a 32 de Martín.

La caída de Martín dejó a Bagnaia al frente, con un segundo sobre Bezzecchi. Márquez, tercero, reaccionó. Fue como si se le hubiera abierto la puerta de la esperanza, como un aliento para evocar tiempos pretéritos. Adelantó al discípulo de Valentino Rossi en el giro 14. Estaba a 1,2 segundos de Bagnaia. En solo dos abrazos al circuito de Jerez redujo la diferencia a la mitad. Una trituradora. Entonces se tomó un respiro el mayor de los Márquez, que irreductible volvió a picar piedra para dar caza a Bagnaia a seis vueltas del final. 

Con el público puesto en pie, Márquez se lanzó a la épica, a por el triunfo a cinco vueltas para la conclusión. Rebasó a Bagnaia, pero el italiano respondió ipso facto. La secuencia será objeto para el resumen de la temporada: Márquez ganó la plaza por el interior; en el ecuador de la curva, Bagnaia tiró su moto también por el interior y Marc sostuvo el pulso por el exterior del ángulo hasta que la rueda delantera del italiano rozó el hombro del catalán. “Ha sido una carrera muy apretada, aquí está la prueba”, diría Márquez señalando la huella del neumático de la Ducati de Bagnaia en su mono.

558 días después, Márquez vuelve al podio tras una carrera en seco

Cuando restaban cuatro giros, el tenaz Márquez repitió la maniobra en el mismo punto. Pero Bagnaia, también testarudo, obró de forma similar y volvió a la cabeza para seguido firmar una vuelta rápida que despidió a Marc de la victoria. Pese a ello, Márquez terminó feliz porque su actuación evocó a su época dorada en Honda. Tiene ritmo para ser una alternativa a las victorias y por qué no, para disputar el campeonato, en el que por otra parte saber reprimirse para desechar triunfos a fin de sumar puntos, será crucial. Y es que ayer arriesgó de lo lindo. “Ha sido una carrera muy importante para mí. Al principio estaba un poco tenso porque ya me había caído –el sábado– y también en el pasado –en el desdichado 2020–. Estoy encantado de hacer segundo y subir al podio”, certificó. 558 días después pisaba el cajón en una carrera disputada en seco. La anterior ocasión fue en Australia 2022.

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Bagnaia, mientras, confirmó la adrenalina de la batalla. “He disfrutado mucho peleando con Marc; siempre hay que pelear con Marc”, expresó el bicampeón, que reafirmó su condición. El turinés paseaba una sonrisa aliviadora, purificadora, catártica, especialmente tras salir victorioso de ese duelo que todo piloto desea afrontar, ante un Márquez que regresó por sus fueros, al igual que Bezzecchi, otro reactivado con su tercer puesto. Bagnaia no se inclina ante nadie. En Jerez se vivió el retorno del rey.

Pedro Acosta minimizó como pudo las consecuencias de su peligrosa caída en el warm up, cuando se empotró contra las protecciones a unos 150 kilómetros por hora. En la salida cayó hasta la decimoctava posición. Desde ahí remontó para terminar décimo, el resultado más discreto del año, pero que alberga argumentos para el consuelo, ya que también recortó puntos al liderato de Martín. El de Mazarrón está a 23 puntos de la cabeza. “Las expectativas no nos hacen bien”, predica el joven de 19 años. Si bien, los resultados le acreditan como uno de los pilotos más poderosos de MotoGP.